Riesgos en vacaciones.

Dolor de oídos en el avión
Está causado por la diferencia de presión que los oídos soportan durante el vuelo, en especial durante el despegue y el aterrizaje.

Cómo tratarlo
El mejor analgésico es el calor: el abrazo de mamá o papá, que estrechan al bebé pegado a su cuerpo. Si el niño se queja de dolor, puede tomar el paracetamol o ibuprofeno que le receta habitualmente su médico.

Prevención
Si el pequeño está acatarrado, es conveniente darle un mucolítico o un antihistamínico antes de subir al avión. Estos fármacos disminuyen la obstrucción nasal, que favorece el dolor de oídos en el viaje. Los bebés tienen menos dolor si durante el despegue y el aterrizaje les damos el chupete o toman el biberón o el pecho. A los niños mayores es aconsejable darles un chicle o algún caramelo porque tragar saliva evita el dolor.

El botiquín de viaje
Sólo si está bien ordenado se puede encontrar pronto lo que se busca. Los fármacos estarán al día: hay que revisar sus fechas de caducidad. Debe colocarse en un lugar al alcance de la mano.

Contenido:
Sobres de hidratación oral. / Suero fisiológico para la limpieza de heridas. / Paracetamol o ibuprofeno. Calman el dolor y bajan la temperatura. / Povidona yodada acuosa para desinfectar las heridas. / Gasas estériles en monodosis. Esparadrapo hipoalergénico (de papel)./ Lápiz de amoníaco para aliviar las picaduras. / Compresas frías, útiles en esguinces, torceduras, contusiones y picaduras. / Pomada antibiótica y cicatrizante. / Venda de 5 ó 7,5 cm. / Pinzas y tijeras con punta roma, termómetro y guantes.



Mareo
Los bebés y niños pequeños son muy propensos a sufrirlo.

Cómo tratarlo
Si se hace un viaje en barco podemos dar al niño una pastilla antimareo en cuanto muestre los primeros síntomas, dado que es imposible salir. En coche hay que detener el vehículo, salir y pasear hasta que el crío se reponga.

Prevención
Emprender el viaje en horas en las que pueda dormir: de madrugada o por la noche. Evitar el calor dentro del automóvil, los olores desagradables y la lectura. Si el niño es mayor, puede tomar un chicle o una pastilla antimareo (antes del viaje conviene preguntar a su médico).

Corte de digestión
Ocurre por un contraste entre la temperatura del cuerpo y la del agua al entrar en esta de repente. Parte de la sangre del intestino y del cerebro se desplaza a la piel, lo que puede causar desde un mareo hasta un desmayo. También se produce si el niño entra en el agua de golpe después de haber realizado ejercicio o de haber tomado el sol durante mucho tiempo.

Cómo tratarlo
Si no ha perdido la conciencia, tumbarlo boca arriba, con el mentón levantado (así facilitamos la respiración) y taparlo con una toalla para que entre en calor. En caso de pérdida de conciencia, llamar al 112 sin demora.

Prevención
Evitar los cambios bruscos de temperatura en la playa, el río o la piscina. Vigilar que el niño no se introduzca de repente en el agua fría cuando su piel está muy caliente o acaba de comer. Enseñarle que debe acostumbrarse a entrar poco a poco, mojándose las muñecas, la nuca, etc.



Deshidratación
En los niños, favorecen la deshidratación: las altas temperaturas, la exposición al sol directo, hacer ejercicio físico intenso (correr) o prolongado (una excursión caminando), los cambios bruscos de temperatura que se producen, por ejemplo, cuando en un viaje se abre la ventanilla del automóvil refrigerado y entra de repente un chorro de calor sofocante.

Cómo tratarlo
Tomar una solución rehidratante o una bebida isotónica; el agua de grifo o la embotellada no bastan, porque no aportan las sales que se pierden con la deshidratación. Descansar en un lugar fresco y sombreado. Comer alimentos ricos en minerales: plátanos, muesli, frutos secos.

Prevención
Comer y beber algo antes de salir de casa. Procurar que en el coche haya una temperatura suave. En las paradas, evitar los cambios bruscos de frío a calor (aclimatarse poco a poco). Hacer paradas cada hora u hora y media para beber y estirar las piernas. En las excursiones, usar gorra y camiseta, beber agua y hacer descansos.

Diarreas por las comidas
El calor favorece la proliferación de gérmenes en los alimentos no refrigerados, que tras su consumo provocan síntomas gastrointestinales.

Cómo tratarlo
Darle al niño una solución oral rehidratante, para reponer el agua que pierde. Algunos médicos recomiendan seguir con la dieta normal, mientras que otros aconsejan una dieta astringente (crema de arroz, puré de zanahoria, compota de manzana, pollo o pescado blanco a la plancha, etc.).

Prevención
Si vamos a un país que no tiene buenas condiciones sanitarias, comer las frutas peladas y las verduras hervidas. En caso de llevar comida perecedera (yogures, merienda para el camino, etc.), transportarla en una nevera portátil.



Golpe de calor
Permanecer mucho tiempo al aire libre en días calurosos conduce a este accidente que causa fiebre, decaimiento, dolor de cabeza, sequedad de piel, convulsiones, e incluso desmayo. Puede ser muy grave.

Cómo tratarlo
Ofrecerle al niño una solución oral rehidratante. Llevarle hasta un lugar fresco y sombreado. Darle un analgésico. Si no se aprecia mejoría, debe verlo el médico.

Quemadura solar, insolación
La exposición al sol intenso del verano, aunque no sea prolongada, puede causar graves accidentes en especial en los bebés y niños pequeños.

Cómo tratarlo
La quemadura solar produce enrojecimiento de la piel y dolor, que se tratan aplicando una crema muy hidratante y, si es preciso, con un analgésico oral. La insolación causa dolor de cabeza y riesgo de deshidratación; estos síntomas se combaten con solución oral rehidratante y un analgésico. No aplicar aceites ni after sun. Si la piel está muy enrojecida, con ampollas, o si el niño tiene mucho dolor, debemos llevarlo al médico porque necesitará un tratamiento especial (calmantes, quizá solución rehidratante).

Prevención
Los bebés menores de seis meses no deben exponerse al sol. Irán en su silla con gorro y protegidos por una sombrilla. A partir de esta edad deben estar poco tiempo al sol, fuera de las horas centrales del día. Necesitan gorro, camiseta y crema solar de factor superior a 15, mejor de 30.





Prevención
No permitir que los niños esperen dentro del coche sin refrigerar mientras hacemos un recado. No permanecer al aire libre mucho tiempo. Darles agua o algún zumo de vez en cuando.